UN ÉXITO EXIGENTE
Recientemente se ha criticado la actitud de muchos adultos cuando sus hijos compiten deportivamente con el fin de ganar una competición juvenil. Un reproche completamente ridículo pues lo único que estos padres hacen es fomentar el rendimiento de su hijo y garantizar el éxito en el juego deportivo.
La presión es fundamental para que un entrenamiento sea fructífero y efectivo, una presión creada por los padres y el propio entrenador. La vida es una continua lucha por la victoria y para sobrevivir hay que ser competitivos y saber afrontar la presión ajena. La única forma de instruir este temperamento es que los padres convenzan a sus hijos de que la única satisfacción es la victoria y que para alcanzarla hay que sufrir y aplastar a todos los enemigos.
Este carácter no deber ser aplicado únicamente en el mundo de los deportes, tiene que ser impuesto en todos los ámbitos de la vida para no caer en el fracaso. Al fin y al cabo los humanos nos comportamos como animales y solo puede sobrevivir el más fuerte; como se puede comprobar en el mundo de la música, el cine, los negocios, la política e incluso en el amor. Véase la teoría de la selección natural de Darwin para verificar esta continua competición a la que los humanos también somos expuestos.
No debemos criticar la forma en la que los padres exigen que sus hijos ganen la competición, precisamente porque de esta manera se está asegurando el éxito del individuo en un futuro cercano, la exigencia es la clave para la supervivencia.
(h)ablado,,, eso me ha dolido
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